miércoles, 4 de marzo de 2015

“El Pobre Más Rico y el Rico más pobre del Mundo”


Hubo una vez, en algún rincón del planeta tierra, un hombre que gozaba de todos los placeres que la mente se pueda imaginar y un ser humano pueda disfrutar; manjares exquisitos, viajes impresionantes, mujeres sirviéndole como el REY que era,  joyas preciosas y exuberantes… en fin, disfrutaba de todo lo bello de la vida, la gente le estimaba mucho y deseaban disfrutar la vida de ese gran personaje.

Este, había nacido en una tierra muy próspera, llena de lindos paisajes, muy fértil, de abundante riqueza natural y mucha bendición; había también en dicha tierra, un hombre pobre, que se dedicaba a la agricultura y a cuidar animales del campo para poder subsistir él y toda su familia.

El pobre, al pasar por el palacio del REY, se dijo a sí mismo: ¡MIRA! Qué vida más digna la que lleva ese hombre, nada más date cuenta de cómo ha luchado por ganar todo lo que ahora disfruta y prácticamente tiene su vida resuelta, tiene “SALUD”, “DINERO” Y “AMOR”. Le reprochó su interior otra vez: Acaso te vas a quedar  conforme con lo que tienes, ¿acaso no lucharás por darle  a tus hijos y tu mujer, todo lo que el REY le da a los suyos y a sus sirvientes?, vamos le dijo, lucha y no te acobardes por lograrlo…reflexionó y dijo, lucharé por alcanzar todo lo que el REY ha logrado y poder asegurarme un mejor estilo de vida.

Un día, el rico se preguntó a sí mismo, ¿A caso no te satisface el poder estar con tanta mujer se te plazca?,  ¿No te llenan el estómago, tantos manjares exquisitos y suculentos que te preparan en el palacio?, ¿Será que ya no te apasionas por las joyas más extravagantes que tienes en tu cofre?; el mismo se increpó… ¡ NO ! porque siento un gran vacío al haber perdido el verdadero AMOR de la mujer que en realidad me amaba, siento un gran pesar por ver a mis hijos que son tan vacíos de su corazón, no sienten más que cariño por mi persona, aman más sus caballos, sus vestimentas y diversiones que a éste pobre viejo…ehh.. Hace años eras tan JOVEN…MÍRATE HOY… Tan viejo e infeliz, sólo y destrozado.

El hombre rico lloró amargamente, sufría de  la tristeza de estar solo; sin su mujer, sus hijos e hijas; ninguna cosa material le había llenado como él creía y esperaba, se fue muriendo lentamente, causa de sus acciones  y decisiones, no sin antes reprocharse que mejor hubiera llevado una vida “tranquila y sin ataduras”

El hombre rico dijo para sí mismo: “Tanta fama, tanta fortuna, tantas cosas materiales”… pero que vacío se siente en el corazón… Vah! Qué más da, las personas al menos me estiman, que mejor que eso. Ellos no saben lo que sufro.


El pobre decidió: Desde hoy lucharé por alcanzar todas mis metas, llenaré mi casa con ricos manjares, graneros llenos, la mejor ropa para mis hijos y todo aquello que siempre soñé.

Así comenzó la travesía del hombre pobre entre buscar la felicidad financiera… Años pasaron, en cierta forma fue acumulando riqueza, fama, poder y el tiempo pasó como una lluvia pasajera y efímera.

El pobre llegó a tener tanta fortuna como nunca había tenido, sin embargo, su salud se deterioraba, sus amistades eran superficiales, sus hijos se olvidaron de él ya que se fueron lejos a países lejanos por una mejor vida y una mejor educación, su mujer se fue volviendo vana y altanera, más amante de las cosas que de las personas… y así, toda la vida de humildad, cariño, amor de familia y amistad sincera se fue esfumando como el agua que corre del río hacia el mar.

Ambos hombres llegaron a su vejez, solos, abandonados, enfermos y desesperados y jamás conocieron las palabras de vida eterna, nunca nadie les hablo del camino del bien y que había alguien que dio su vida para darles la vida eterna.

Un hombre que era verdaderamente rico, hijo de DIOS, de casta real, se humilló a lo sumo para dar vida eterna a todo ser humano sobre la faz de la tierra.

Ese hombre que dejó su trono de REY para venir a la tierra y dar la vista a los ciegos, sanar a los enfermos, limpiar a los leprosos, hacer escuchar a los sordos y hacer caminar a los paralíticos, ese hombre, con unos cuantos panes y unos pescados alimento multitudes, resucito a los muertos, liberó a los cautivos y endemoniados y jamás se jacto por tantos milagros y prodigios, jamás reclamo sus derechos como ser humano, sin embargo, cumplió al pie de la letra cada palabra pronunciada,  porque es el nombre sobre todo nombre.

Ese hombre dijo las palabras más profundas de la historia y que hoy por hoy todo ser humano sobre la faz de la tierra debe considerarlas para no perder su alma:

De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma.
San Mateo 16,26

Hay que ser felices con el pan de cada día, la mujer del hogar, el vestido necesario, una casa digna y todo aquello que en lo posible nos mantenga con los pies en la tierra.

Ese hombre se llama “JESÚS”

Autor: Dany Bautista
danybau.blogspot.com
@bautistadany1




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